Resumamos primero y
sorprendámonos de lo sucedido:
1) El gobierno de Zapatero decide
el cierre de la central de Garoña tras alcanzar su plazo máximo de autorización
inicial (40 años).
2) El Gobierno de Rajoy, in extremis, permite que el operador
Nucleor (participada al 50% por Iberdrola y Endesa) puedan solicitar una
renovación de la autorización de explotación de la central.
3) Llegado el plazo máximo legal
para solicitar la renovación, Nucleor, sorprendentemente no solicita la
autorización, para presionar al gobierno con el objeto de que les elimine
impuestos sobre la producción de energía eléctrica nuclear, con el consiguiente
ridículo del gobierno que revierte el cierre de una central nuclear sin
asegurarse de que el operador quiera continuar.
4) Nuevamente por sorpresa,
Nucleor solicita una renovación de la autorización de explotación de la central
nuclear por un periodo de un año, en el que la central se mantenga sin operar a
potencia. Vamos que se le renueve pero sin generar potencia y así no pagar los
impuestos.
5) El gobierno pide un informe
urgente al CSN, que llevaba meses trabajando para diseñar técnicamente el
cierre de la Central de Garoña, y lo que es peor, presiona para que este
organismo, teóricamente independiente, falle a favor de esta ampliación
totalmente irregular, tanto por plazos como por la solicitud en sí: mantener
una central nuclear activa que no tiene ninguna finalidad, al no producir
energía.
6) El CSN cede ante la presión
del gobierno y da el visto bueno, por tres votos a favor (los dos del PP y el
de CIU) y dos votos en contra (los de los 2 consejeros del PSOE), a esta
maniobra del gobierno.
En un caso tan sensible para la
opinión pública y para la seguridad del país, vemos como unas empresas
eléctricas juegan con nuestro gobierno mientras deshojan la margarita. Vemos
cómo el Consejo de Seguridad Nuclear, que debiera ser totalmente independiente
y sólo velar por la seguridad de las instalaciones nucleares y por el
cumplimiento de la legalidad y prescripciones técnicas, no es independiente y
se deja vencer por puros intereses económicos y políticos.
Señores del gobierno, recuerden
que tenemos muy reciente el caso de Fukushima y que el informe de la Comisión
Parlamentaria de Investigación de ese país concluye que en ese caso hubo un conchabeo
entre el gobierno y el operador, anteponiendo el rendimiento económico a la
seguridad, y que el accidente pudo haber ocurrido igualmente sin presencia del
maremoto por estas razones.
En nuestro caso, más que
conchabeo, lo que percibimos los ciudadanos es el de un gobierno y un CSN
convertidos en marionetas en las manos de las grandes eléctricas. Bueno, en
este caso y en muchos más. Y lo que falta todavía en este rocambolesco caso.
Por cierto, Garoña es
técnicamente una hermana de Fukushima. Aquí lo dejo.