Más imperiales envenenadas
Ayer nos hemos enterado de otras dos águilas imperiales envenenadas, y ya van cuatro en lo que va de primavera. Lo mismo de todos los años, se cierra la temporada de caza y nuestros buitres, milanos y águilas caen fulminadas por las acciones de unos delincuentes.
Tres de ellas han sido en las inmediaciones del corredor del Adaja en Ávila y la cuarta en Toledo.
Desde luego, es una malísima manera de comenzar la semana.
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1 comentario:
Querido Juan Carlos:
como la vida es en esencia contradictoria, tu blog es una delicia, aunque a menudo al acabar uno de leer tus entradas sienta un mazazo contundente e inmisericorde en el corazón. De todos modos creo que aún quedamos (me permito impunemente meterme en el saco, con perdón), aún quedamos algunos como tú, comprometido amigo, que no nos regodeamos en la denuncia de las miserias humanas porque sí, por el mero goce estético de la ruina y la decadencia, sino sabedores de que una voz sola tal vez clame en el desierto pero mil voces juntas, y las hay, ensordecerán un día el ruido de los que insultan la belleza y fragilidad de nuestro planeta. Nuestras mil voces juntas convocan la resistencia gallarda de todos cuantos sabemos que “otro mundo es posible”.
Siempre he sentido que hay pocas cosas más bellas como cuando en el mismísimo Madrid miro al cielo y veo en sus alturas pasar la flecha de aves de una migración. Dijo el gran poeta uruguayo Zitarrosa: “puedo enseñarte a volar pero no seguirte el vuelo”. Tú, Juan Carlos, nos enseñas a volar y no nos sigues el vuelo… pero sólo por el mero hecho de que vas delante marcando guía. Gracias, Juan Carlos, por tu inquebrantable labor.
Al Aurans
PS (Te echamos de menos en la mágica velada de Hazversidades Poéticas de Rafael Soler ayer en el Libertad 8)
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