Rosarito, la política y Groucho Marx




Groucho Marx decía que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. Algo parecido a lo que pasa en el proyecto de recrecimiento del Embalse de Rosarito.

Primer paso: Búsqueda del problema

El objetivo de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) es hacer un embalse en el Tiétar para contentar a los agricultores extremeños del tabaco situados en el Campo de Arañuelos, pero dado que casi todo el Tiétar está protegido, es necesario buscar una buena excusa que pueda ser considerada de interés público de primer orden. Además, al estar la zona protegida para conservar hábitats y especies prioritarias en la Unión Europea (es una ZEPA y un LIC) es necesario demostrar, para cumplir con la Directiva de Hábitats, consideraciones relacionadas con la salud humana o la seguridad pública.

Segundo paso: encontrarlo


¡Eureka!, la laminación de avenidas es la solución ¿Quién se opondría a una obra que asegure poner a salvo las viviendas de los ciudadanos del Valle del Tiétar de las crecidas del río? A buen seguro que este problema puede considerarse tanto de salud humana e incluso de seguridad pública. Y por su puesto, cómo la CHT es una administración eficiente solucionará también otros problemas secundarios como puede ser consolidar los regadíos existentes.

El problema ya está encontrado, y da igual si solo hay 3 viviendas que tienen riesgo de ser inundadas cada siete años y la cota máxima prevista de inundación de estas casas es de 18 cm (esto es lo que les sale en sus estudios). La salud de esas tres familias (podrían resfriarse) y la seguridad pública (podrían resbalar) bien vale los 30 millones de euros de la obra.

Tercer paso: hacer un diagnóstico falso

Bueno, ya tenemos el problema a solucionar, el riesgo de inundación, ahora hace falta solventar otro pequeño escollo: la Directiva de Hábitats solo lo permitiría si no hay otra alternativa satisfactoria.

Veamos, ¿comprar esas tres viviendas?, ¿sobre-elevarlas del nivel del suelo?, no, esas alternativas no interesan. Ya que lo que interesa es recrecer Rosarito, lo mejor es compararlo con alternativas todavía mucho más impactantes. Entonces la CHT compara la alternativa de Rosarito, por ejemplo, con hacer una nueva presa en el Tiétar que ya ha sido desechada en el pasado por su inasumible impacto ambiental (la presa de Monteagudo).

Listo, ya tenemos un diagnóstico que nos dice que hay casas en gran riesgo de inundación, que los pueblos tienen que beber un agua contaminada, que los agricultores no puede regar y que la alternativa de recrecer Rosarito es el menor de los males ya que hay alternativas todavía mucho peores.

Cuarto paso: aplicar un remedio equivocado

Efectivamente no nos queda más que una opción, gastarnos 30 millones euros en recrecer el Embalse de Rosarito con dos nuevas balsas y anegar 224 ha de un hábitat prioritario y unas 300 ha de zona crítica para el águila imperial ibérica y la cigüeña negra. Es cierto que este proyecto dificultará los planes de reintroducir allí el lince ibérico, pero es un doloroso precio que hay que pagar por salvaguardar las vidas de las personas laminando las avenidas.

Resumen: ¿Alguien puede dudar de que este proyecto es político? Groucho Marx lo tenía claro.

1 comentario:

José Luis dijo...

Increible tu historia; dadles duro.

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